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- La Abuela Encarnación Rosell Boher de Martinez
Con esta pequeña historia
quiero recordar a mi Abuela Paterna, Doña Encarnación Rosell i Boher, en el 83°
aniversario de su fallecimiento.
La Abuela
Encarnación Rosell i Boher cuando tendría 20 años aproximadamente, en 1905
(Foto del archivo de Eduardo Martinez Wurster)
La Abuela Encarnación Rosell i Boher de Martinez cuando tendría 42 años aproximadamente, en 1927
(Foto del archivo de Eduardo Martinez Wurster)
(Foto del archivo de Eduardo Martinez Wurster)
Ello ocurrió cuando la Abuela
tenía 46 años de edad, el 25 de Junio de 1931, en la casa familiar de la Bodega
ubicada en la calle Pueyrredón 1210 de Chacras de Coria, Mendoza, Argentina, en
el mismo predio centenario donde hoy se encuentra esa misma casa contigua al mismo
establecimiento vinícola que construyera mi Abuelo Bernardo a partir del año
1899, donde hoy opera con las mejoras tecnológicas actuales, la firma “Cavas
Rosell Boher”.
La Abuela Encarnación fue
sepultada en el Cementerio de la Capital de Mendoza.
Lo
que yo sé sobre la Abuela Encarnación
Yo no conocí a mi Abuela
Encarnación en persona, pero las noticias que de ella tengo devienen de mi
curiosidad por saber cómo era su personalidad, cómo fue su vida, quiénes fueron
sus ancestros y de dónde vinieron.
Esas noticias, pocas, las
encontré en algunos documentos que he podido reunir y otras las obtuve de los
testimonios que mi Madre Mausy y mi Tía Ñata me pudieron transmitir.
Con poca información he
podido saber sobre su personalidad y sobre las acciones que ella emprendió a lo
largo de su vida. En ellas identifico el legado que nos dejó, el cual ha
llegado a nosotros, sus nietos, a través del “ambiente de hogar” que mis Padres
Mausy y Bernardo supieron formar e inculcarnos.
Mucho imaginé cómo pudo haber
sido la niñez de la Abuela en su pueblo natal en España. Ese conjunto de
imágenes imaginadas tomaron forma cuando tuve la oportunidad de conocer Sant
Salvador de Toló, y sobretodo, cuando recorrí sus callecitas casi milenarias.
Allí pude percibir que esas imágenes que iba atesorando en mi memoria eran
aquellas mismas que la Abuela también pudo haber guardado entre sus más caros
recuerdos de su infancia.
Sentí que estaba recorriendo
los lugares que para la Abuela y sus padres habían sido cotidianos y
“familiares” en algún momento de sus vidas.
Luego me imaginé cómo pudo
haber sido su vida en la Argentina, en particular, los años que sobrevinieron a
la temprana muerte de su Madre.
Mi
Abuela había nacido en Sant Salvador de Toló, Lérida, España
Como he comentado en otras de
estas “Historias de mi Familia”, mi Abuela Encarnación Rosell i Boher había
nacido el 02 de Febrero de 1885 en Sant Salvador de Toló, un pequeño pueblo del
Siglo XI que aún conserva rasgos medievales, ubicado en uno de los valles del Pallars
Jussá, en Lérida, Cataluña, España.
Vista
de Sant Salvador de Toló. Se distinguen en el perfil de edificios, sobre la
izquierda, la Iglesia Parroquial Sant Salvador, de estilo románico, como la mayoría de las iglesias
de los Pirineos Catalanes y Aragoneses. (Foto del archivo de Eduardo
Martinez Wurster)
La
Iglesia Parroquial Sant Salvador de estilo románico del Siglo XI, el Atrio y la Plaza Mayor del pueblo. A la derecha de
la iglesia se encuentra el viejo cementerio parroquial.
(Foto
del archivo de Eduardo Martinez Wurster)
La Abuela fue hija de Don
Pedro Rosell i Mir y de Doña Rita Boher i de Carabassa, ambos españoles, también
naturales de Sant Salvador de Toló, y nacidos en los años 1853 y 1862,
respectivamente.
Encarnación fue la hermana
mayor de cuatro hermanos, de María y Lorenza nacidas en Sant Salvador de Toló
en los años 1887 y 1889 respectivamente, y de Pedro y Luis nacidos en Rosario,
Santa Fe, Argentina, en los años 1894 y 1897, respectivamente.
La información que he podido reunir
indica que Encarnación transcurrió parte de niñez en ese pequeño pueblo de los
Pirineos Catalanes, rodeada de sus familiares próximos, sus padres y hermanas, de
sus abuelos, tíos y primos. Allí nació, en ese medioambiente familiar, una
amistad con su primo Fidel Rosell Solá [1]
que duraría por años, creo yo, hasta la muerte de la Abuela.
Esa amistad nacida en ese seno
familiar en Sant Salvador de Toló se fortaleció cuando sus respectivos Padres
decidieron migrar a la Argentina y afincarse en la ciudad de Rosario. De esa
amistad cuentan algunas de las cartas manuscritas de la Abuela Encarnación fechadas
en los años 1904 a 1907 que ella le enviara a Fidel Rosell Solá, a “… Fidelet…” como ella lo nombraba
afectuosamente. Una copia de estas cartas llegaron a mis manos gracias a la
gentileza y bonhomía del Dr. Fidel José Rosell Andurell [2],
de su Señora Esposa Doña Adelia Anita Norma Massini Moscardi, y de su hija
María Patricia Rosell Massini.
No me caben dudas que esa
amistad estrecha entre la Abuela Encarnación Rosell Boher y su primo Fidel
Rosell Solá nació y creció durante las horas de juego compartidas y en los días
de convivencia en el hogar, muchos de ellos, “… en los largos y fríos inviernos en Sant Salvador de Toló…” , tal
como mi Tía Ñata (Dominga Emilia Martinez Rosell) los describió cuando me
relató algunas de aquellas vivencias que la misma Abuela les había relatados a
sus hijos, me imagino yo, hoy, vivencias contadas entre recuerdos y nostalgias
de aquellos días de su infancia en España.
Creo que esa amistad entre la
Abuela Encarnación Rosell Boher y su primo Fidel Rosell Solá también hubo de
fortalecerse cuando el núcleo familiar de los hermanos Pedro, Fidel, Luis y
Lorenza Rosell i Mir y sus respectivas familias se radicó en Rosario.
Sobretodo, cuando todos ellos tuvieron que compartir las buenas noticias y también
cuando debieron “abroquelarse” para sobrellevar las “malas nuevas” que hubieron
llegado desde Sant Salvador de Toló y desde la Argentina misma.
Una muestra elocuente de ese
espíritu de defensa y de convivencia, en el más estricto sentido del
significado del verbo reflexivo “abroquelarse”, es la lectura de las Actas de
Matrimonio y las de Bautismos de los descendientes de estas Familias Rosell i
Mir y sus respectivos cónyuges. Allí, en esos documentos se pone de manifiesto
la estrecha interrelación que existía entre estas familias de inmigrantes, de desde
el momento mismo en que, en un acta, los padres de los contrayentes o del
recién bautizado son, en otras actas y en oportunidades distintas, los testigos
o los padrinos de otros contrayentes y bautizados que figuran.
Recuerdos de mi Tía Ñata sobre mi
Abuela Encarnación
Mi Tía Ñata, Dominga Emilia
Martinez Rosell, hermana de mi Padre, escribió una carta que llegó a mis manos muchos años más tarde, gracias a la gentileza de su hijo Horacio Raúl Lucero Martinez. En esa carta, mi Tía Ñata narró una
parte de sus recuerdos de la infancia y de la vida de la familia Martinez
Rosell en la casa de Chacras de Coria. Así mi Tía Ñata relató:
“… Según contaba siempre mi madre [3], su mamá [4] - o sea mi abuela
materna – murió muy joven en un campo que tenían en la provincia de Santa Fe,
cerca de Villa Manuel Ocampo, quedando allá Encarnación, creo que con 12 años
de edad, la mayor de cuatro hermanos menores: María, Lorenza, Pedro y Luis.
No puedo suponer cómo a pesar de esa adolescencia tan
sufrida, ella pudo tener siempre un carácter tan alegre y comunicativo, además
de tener por norma la caridad hacia los demás….”
“… Para que sepan,… …, Don Bernardo Martinez fue un reconocido pionero de
lo que después fueron los viñedos, bodegas y destilerías, y tuvo esa
inteligente intuición, allá por los primeros años…” del Siglo XX “… de comprar la finca y construir la Bodega
[5] en ese lugar tan único…
… que es Chacras de Coria. Mi Madre, Encarnación Rosell, que lo acompañó en
todo lo que significó tener ese establecimiento, fue la persona más humana,
caritativa, que ayudaba a toda la población, entre otras cosas, poniendo
inyecciones y proveyendo alimentos a las madres que no podían criar a sus
hijos.
En nuestra casa de la Bodega se hospedó Monseñor
Orzali, primer obispo de Cuyo, en lo que se llamaban visitas pastorales…”.
En efecto, la Abuela
Encarnación fue una persona muy religiosa y allegada al Obispado de Mendoza.
Esa vocación religiosa, creo, ha sido heredad de su familia de Sant Salvador de
Toló, pues la misma Tía Ñata me comentó en el año 1994, que su “…madre se escribía con un primo suyo de
España, que era sacerdote. De él supimos mientras vivió mi madre. Luego llegó
a nosotros la noticia que él murió en la guerra civil española…”.
Esa misma vocación religiosa
la inculcó en sus cinco hijos, quienes, cada uno a su tiempo, fueron educados
en colegios católicos de la ciudad de Mendoza. Esta cuestión hoy en día, la de
trasladarse diariamente entre la ciudad y Chacras de Coria es algo usual para
muchos mendocinos que lo hacen por autovías pavimentadas y modernos
automóviles. Pero para aquellos que, como mis Abuelos, mi Padre y mis Tíos, en
los años 1920 a 1930 debieron transitar esos mismos caminos otrora de tierra y
piedras, fuera en otoño, invierno y primavera, ese periplo diario significó un
sacrificio mayor que seguramente puso a prueba más de una voluntad, más de
alguna vocación.
La Abuela también participó,
hasta su muerte en 1931, en la magna tarea de lograr que en el pueblo de Chacras
de Coria se construyese una iglesia. Fue así como ella tuvo activa
participación en la donación del terreno donde luego fueron construidas, primero,
la Sacristía y luego la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de
Chacras de Coria. No sé todavía en qué medida fue la participación de tal
donación porque no he encontrado más información.
Sí sé que la Abuela tuvo una
participación activa y anónima en la construcción de la Iglesia a partir de
1906. En una primera etapa se concluyó la Sacristía y ésta fue consagrada en el año
1910, En una segunda etapa se concluyó la construcción de la Iglesia, la cual
fue consagrada el 01 de Setiembre de 1935.
Sé que ella donó también el que
fue durante muchos años el retablo de la Iglesia. Hoy existe un retablo en la
Sacristía que, según las personas que ayudan en el cuidado de la Iglesia, ése
fue “… el retablo original que siempre
estuvo…” allí. Si esta apreciación de estas personas es correcta, me animo
a decir que ese retablo es el que la Abuela Encarnación donó.
También sé que la Abuela participó
activamente en la organización de las colectas de fondos para materializar la
construcción de la Sacristía y de la Iglesia. Su voluntad y decisión por colaborar llegó a un punto tal que la Abuela
“arrastró” a sus hijas, mis Tías Rita y Ñata, y a su Nuera, María Catalina
Ihistarry (esposa de mi Tío Fernando), para que también ellas ayudaran en la
organización y el desarrollo de estos eventos. Reseñas periodísticas del Diario Los Andes de la
época dan testimonio de ello, y también, de la multitudinaria participación que la comunidad de Chacras de Coria tuvo en la construcción de "su" Iglesia.
Esas colectas se realizaron de
varias formas y en varios lugares, pero las más populares, las que aún hoy
perduran en el recuerdo de muchos “viejos parroquianos” de Chacras de Coria, son las retretas realizadas en
la plaza del pueblo, en la Plaza General Jerónimo Espejo.
Las "vueltas de la vida" hicieron que la Abuela no alcanzara a ver la Iglesia terminada, pues el templo fue finalmente consagrado el 01 de Setiembre
de 1935, cuatro años después de su muerte.
Iglesia de
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Chacras de Coria, Mendoza, Argentina,
consagrada el 01 de Setiembre de 1935. (Foto del Año 2011 del archivo de Eduardo Martinez Wurster)
El Altar
Mayor de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Chacras de Coria,
adornado en oportunidad del casamiento de Celina Fernández Martinez, bisnieta
de la Abuela Encarnación.
(Foto del Año 2011 del archivo de Eduardo Martinez Wurster)
El primer
retablo de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Chacras de
Coria, que se utilizó en la Sacristía. Si esta referencia es correcta, éste es
el retablo que fue donado por la Abuela Encarnación.
(Foto del Año 2011 del
archivo de Eduardo Martinez Wurster)
Confesionario
y reclinatorio de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Chacras
de Coria, que se utilizó en la Sacristía. Si esta referencia es correcta, estos
muebles existían en la Sacristía en vida de la Abuela Encarnación.
Crucifijo y Sagrario
que se encontraban en la Sacristía de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo
Socorro de Chacras de Coria. Si esta referencia es correcta, este crucifijo y
sagrario existían allí, en vida de la Abuela Encarnación.
Armonio
Mannborg del año 1900 que se encontraban en la Sacristía de la Iglesia de
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Chacras de Coria. Si esta referencia es
correcta, este armonio existía allí, en vida de la Abuela Encarnación.
Referencias de Luis Alberto Coria sobre
mi Abuela Encarnación
La publicación “Las Chacras
de Coria” de Luis Alberto Coria [6]
hace referencias a las acciones de beneficencia que caracterizó a la Abuela
Encarnación, sea directamente por ella misma, o indirectamente a través de la
labor comunitaria del Abuelo Bernardo.
En efecto, esa publicación
señala en su apartado 11:
“… 11. Surge en centro cívico. La subdivisión de los terrenos, la
apertura de algunas calles y la concentración de vecinos en el centro de la
localidad hizo que el mismo se fuera transformando en una pequeña villa con proyecciones
mayores hacia el futuro y la que se perfila como un lugar de veraneo en lugar
de ser exclusivamente un paraje agrícola.
Con este motivo y por iniciativa y gestiones del
entonces director de la Escuela n° 4 de Varones,… … se obtiene la donación de
un terreno para la ubicación de la plaza y de las calles adyacentes y otro para
la futura iglesia y edificio policial….
La plaza fue inaugurada el 25 de Mayo de 1903 bajo el
nombre de “general Jerónimo Espejo”. En 1906 se inició la construcción de la iglesia
bajo el patrocinio de una comisión de damas integrada por Teresa O’Connor de
Fernández, María Mazzolari y las señoritas Luz Balmaceda y Zida Sotelo y otra…”
(comisión) “… de caballeros constituida por Alberto
Aguinaga, José Mazzolari, Lisandro Alvarez y Ricardo Deromelis.
Se terminó primero la sacristía en 1910 y su
construcción se realizó por una comisión presidida por la señora M. Angélica
San Martín de Correa…”
La publicación de Luis
Alberto Coria expresa en su apartado 12:
“… 12. Otros hechos progresistas. En 1909 Julia Fernandez fundó la
biblioteca popular Mariano Moreno, anexa a la escuela Teresa O’Connors. Una
comisión municipal del distrito que funcionó entre 1910 y 1915 presidida entre otros por Bernardo Martinez y
Feliciano Torres obtuvo la instalación de corriente eléctrica en la ciudad…”.
“… En 1920 se inauguró una sala de primeros auxilios
sostenida por los vecinos. La primera comisión se integró por Bernardo
Martinez, Víctor Longote, Rosario Sausano, Francisco Bilbao, José F. Cabreras,
Carlos Elías y Manuel Cuitiño…”.
La publicación “Las Chacras
de Coria” de Luis Alberto Coria señala en su apartado 13:
“… 13. Pobladores conspicuos del
corriente siglo. Entre las
personas que vivieron en la localidad a principios de la centuria se recuerdan,
además de los ya mencionados, a… … los benefactores Miguel Aguinaga y
Encarnación Rosell de Martinez, el Teniente General Edelmiro J. Farrell, ex –
presidente de la República quien en Chacras de Coria poseía una importante
propiedad rural…”.
El relato de Luis Alberto
Coria confirma cuanto escuetamente escribió mi Tía Ñata sobre las cualidades
humanas que fueron propias de mi Abuela Encarnación.
Es más, conociendo ahora el
relato de mi Tía Ñata sobre la personalidad de la Abuela percibo que ha de haber
estado “la mano solidaria” y el apoyo incondicional de la Abuela Encarnación,
ya sea en forma anónima y dentro de esas comisiones que obtuvieron la donación
de terrenos y construyeron la sacristía hacia 1910 a las que hace referencia
Luis Alberto Coria, ya sea “detrás” del Abuelo Bernardo en sus funciones en la
comisión municipal (que fundó la biblioteca y la mantuvo en funciones, como en
las gestiones para llevar la energía eléctrica a Chacras de Coria y para
construir, poner en funcionamiento y mantener la sala de primeros auxilios),.
Referencias de la revista La Quincena
Social sobre mi Abuela Encarnación
Cuando la Abuela falleció en
Junio de 1931, la revista “La Quincena Social” en su edición n° 293 del 15 a 30
de Julio de 1931, publicó su reseña necrológica referida a Doña Encarnación
Rosell de Martinez.
Portada de
la edición n° 293 de la revista “La Quincena Social” del 15 a 30 de Julio de
1931
(Fuente de
información: Colección de revistas “La Quincena Social” de la Biblioteca Pública General San Martín de la
ciudad de Mendoza)
(Foto del
archivo de Eduardo Martinez Wurster)
Reseña
necrológica publicada en la edición n° 293 de la revista “La Quincena Social”
del 15 a 30 de Julio de 1931, sobre la Abuela Encarnación Rosell Boher
(Fuente de
información: Colección de revistas “La Quincena Social” de la Biblioteca Pública General San Martín de la
ciudad de Mendoza)
(Foto del
archivo de Eduardo Martinez Wurster)
Esta nota de la revista La
Quincena Social destacó lo siguiente sobre la personalidad de la Abuela
Encarnación:
“… Desaparece con esta dama un alto ejemplo de cultura moral y de
abnegación cariñosa, ya que sus esfuerzos generosos se aliaron desde la hora
inicial de su evolución, a un industrial no menos esforzado y tesonero como lo
es don Bernardo Martinez, fundador de un hogar virtuoso y distinguido donde han
florecido ramas auspiciosas para nuestra sociedad, donde el apellido goza de merecidas consideraciones y afectos.
Doña Encarnación Rosell de Martínez tenía las
características simpáticas de la noble señora del hogar que se enorgullecía al
ver reflejado su semblante de madre y de esposa en las pupilas de los suyos en
una alta y perpetua emoción, que elevaba el concepto de cuantos la conocieron y
pudieron apreciar la belleza de sus virtudes morales.
Sencilla, humanitaria y laboriosa, era la recordada
extinta uno de los exponentes superiores que saben hacer patria y saben
levantar el concepto de la sociedad consagrándose con amor y altruismo a
enaltecer su hogar y trazarle rumbos certeros en la vida; a irradiar sus puros
sentimientos en torno de cuantos le rodeaban o golpeaban sus puertas en demanda
de protección, para convertirse luego y a todas horas, en la colaboradora
inteligente y asidua de su esposo, identificándose en sus inquietudes y
esperanzas, que se transfundían invariablemente a sus hijos.
El sepelio de sus restos exteriorizó con elocuencia el
dolor producido por esta lamentable desaparición, testimoniando a la familia de
Don Bernardo Martinez los nutridos afectos que la extinta había sabido
conquistar en su trayectoria por la vida…”.
El legado de mi Abuela Encarnación
Nuevamente debo decir que a mi Abuela Encarnación no la conocí, y
de ella sólo tengo como referencias aquellos recuerdos que me fueron
transmitidos y todo cuanto los documentos que he encontrado expresan por sí
mismos.
Ese conjunto de referencias contadas y escritas sobre la Abuela
Encarnación, plenas de valores morales y éticos, no son novedosas para mí, sino
por el contrario, yo las conocí en el seno de mi hogar familiar cuando empecé a
tener uso de mi razón, y de allí las aprendí.
Tengo asumido que esos valores morales y éticos que yo asimilé en
mi hogar son los mismos que los Abuelos Encarnación y Bernardo pusieron como
una impronta en su hogar, y ellos son, precisamente, el verdadero legado que
nosotros, sus nietos, hemos heredado de nuestros Abuelos.
[1] Fidel Rosell Solá fue hijo de Don
Fidel Rosell i Mir (hermano del padre de Encarnación: Pedro Rosell i Mir) y de
Doña Adelaida Solá. La familia Rosell Solá también migró a Argentina y en el
año 1895 ya se encontraba radicada en la Segunda Sección de la ciudad de
Rosario, en el mismo vecindario donde vivían sus hermanos, mi Bisabuelo Pedro,
Luis y Lorenza Rosell i Mir.
[2] El Dr. Fidel José Rosell Andurell fue hijo de Fidel
Rosell Solá y de María Andurell Coiset, nieto de Don Fidel Rosell i Mir y Doña
Adelida Solá, y bisnieto de mis Tatarabuelos Don Pedro Rosell i Ribó (natural de Sant Salvador de Toló, Lérida,
España) y Doña Rosa Mir i Monill (natural de Figuerola d’Orcau, Lérida,
España).
[3] Se refiere a mi Abuela Encarnación Rosell Boher
[4] Se refiere a mi Bisabuela Rita Boher i de Carabassa
[5] Se refiere a la bodega ubicada en la calle
Pueyrredón 1210 de Chacras de Coria, Mendoza, donde hoy funciona el
establecimiento vitícola “Cavas Rosell Boher”.
[6] La publicación “Las Chacras de Coria” de Luis Alberto
Coria fue realizada por el Diario Uno de Mendoza.
Muy bonita y emotiva la historia de tu abuela. Me gustó !!!
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Mónica.
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