viernes, 27 de junio de 2014

030 - La Abuela Encarnación Rosell Boher de Martinez

030 - La Abuela Encarnación Rosell Boher de Martinez

Con esta pequeña historia quiero recordar a mi Abuela Paterna, Doña Encarnación Rosell i Boher, en el 83° aniversario de su fallecimiento.




La Abuela Encarnación Rosell i Boher cuando tendría 20 años aproximadamente, en 1905
(Foto del archivo de Eduardo Martinez Wurster)



La Abuela Encarnación Rosell i Boher de Martinez cuando tendría 42 años aproximadamente, en 1927
(Foto del archivo de Eduardo Martinez Wurster)

Ello ocurrió cuando la Abuela tenía 46 años de edad, el 25 de Junio de 1931, en la casa familiar de la Bodega ubicada en la calle Pueyrredón 1210 de Chacras de Coria, Mendoza, Argentina, en el mismo predio centenario donde hoy se encuentra esa misma casa contigua al mismo establecimiento vinícola que construyera mi Abuelo Bernardo a partir del año 1899, donde hoy opera con las mejoras tecnológicas actuales, la firma “Cavas Rosell Boher”.

La Abuela Encarnación fue sepultada en el Cementerio de la Capital de Mendoza.

Lo que yo sé sobre la Abuela Encarnación

Yo no conocí a mi Abuela Encarnación en persona, pero las noticias que de ella tengo devienen de mi curiosidad por saber cómo era su personalidad, cómo fue su vida, quiénes fueron sus ancestros y de dónde vinieron.

Esas noticias, pocas, las encontré en algunos documentos que he podido reunir y otras las obtuve de los testimonios que mi Madre Mausy y mi Tía Ñata me pudieron transmitir.

Con poca información he podido saber sobre su personalidad y sobre las acciones que ella emprendió a lo largo de su vida. En ellas identifico el legado que nos dejó, el cual ha llegado a nosotros, sus nietos, a través del “ambiente de hogar” que mis Padres Mausy y Bernardo supieron formar e inculcarnos.

Mucho imaginé cómo pudo haber sido la niñez de la Abuela en su pueblo natal en España. Ese conjunto de imágenes imaginadas tomaron forma cuando tuve la oportunidad de conocer Sant Salvador de Toló, y sobretodo, cuando recorrí sus callecitas casi milenarias. Allí pude percibir que esas imágenes que iba atesorando en mi memoria eran aquellas mismas que la Abuela también pudo haber guardado entre sus más caros recuerdos de su infancia.

Sentí que estaba recorriendo los lugares que para la Abuela y sus padres habían sido cotidianos y “familiares” en algún momento de sus vidas.

Luego me imaginé cómo pudo haber sido su vida en la Argentina, en particular, los años que sobrevinieron a la temprana muerte de su Madre.

Mi Abuela había nacido en Sant Salvador de Toló, Lérida, España

Como he comentado en otras de estas “Historias de mi Familia”, mi Abuela Encarnación Rosell i Boher había nacido el 02 de Febrero de 1885 en Sant Salvador de Toló, un pequeño pueblo del Siglo XI que aún conserva rasgos medievales, ubicado en uno de los valles del Pallars Jussá, en Lérida, Cataluña, España.



Vista de Sant Salvador de Toló. Se distinguen en el perfil de edificios, sobre la izquierda, la Iglesia Parroquial Sant Salvador, de estilo románico, como la mayoría de las iglesias de los Pirineos Catalanes y Aragoneses. (Foto del archivo de Eduardo Martinez Wurster)




La Iglesia Parroquial Sant Salvador de estilo románico del Siglo XI, el Atrio y la Plaza Mayor del pueblo. A la derecha de la iglesia se encuentra el viejo cementerio parroquial.
(Foto del archivo de Eduardo Martinez Wurster)

La Abuela fue hija de Don Pedro Rosell i Mir y de Doña Rita Boher i de Carabassa, ambos españoles, también naturales de Sant Salvador de Toló, y nacidos en los años 1853 y 1862, respectivamente.

Encarnación fue la hermana mayor de cuatro hermanos, de María y Lorenza nacidas en Sant Salvador de Toló en los años 1887 y 1889 respectivamente, y de Pedro y Luis nacidos en Rosario, Santa Fe, Argentina, en los años 1894 y 1897, respectivamente.

La información que he podido reunir indica que Encarnación transcurrió parte de niñez en ese pequeño pueblo de los Pirineos Catalanes, rodeada de sus familiares próximos, sus padres y hermanas, de sus abuelos, tíos y primos. Allí nació, en ese medioambiente familiar, una amistad con su primo Fidel Rosell Solá [1] que duraría por años, creo yo, hasta la muerte de la Abuela.

Esa amistad nacida en ese seno familiar en Sant Salvador de Toló se fortaleció cuando sus respectivos Padres decidieron migrar a la Argentina y afincarse en la ciudad de Rosario. De esa amistad cuentan algunas de las cartas manuscritas de la Abuela Encarnación fechadas en los años 1904 a 1907 que ella le enviara a Fidel Rosell Solá, a “… Fidelet…” como ella lo nombraba afectuosamente. Una copia de estas cartas llegaron a mis manos gracias a la gentileza y bonhomía del Dr. Fidel José Rosell Andurell [2], de su Señora Esposa Doña Adelia Anita Norma Massini Moscardi, y de su hija María Patricia Rosell Massini.

No me caben dudas que esa amistad estrecha entre la Abuela Encarnación Rosell Boher y su primo Fidel Rosell Solá nació y creció durante las horas de juego compartidas y en los días de convivencia en el hogar, muchos de ellos, “… en los largos y fríos inviernos en Sant Salvador de Toló…” , tal como mi Tía Ñata (Dominga Emilia Martinez Rosell) los describió cuando me relató algunas de aquellas vivencias que la misma Abuela les había relatados a sus hijos, me imagino yo, hoy, vivencias contadas entre recuerdos y nostalgias de aquellos días de su infancia en España.

Creo que esa amistad entre la Abuela Encarnación Rosell Boher y su primo Fidel Rosell Solá también hubo de fortalecerse cuando el núcleo familiar de los hermanos Pedro, Fidel, Luis y Lorenza Rosell i Mir y sus respectivas familias se radicó en Rosario. Sobretodo, cuando todos ellos tuvieron que compartir las buenas noticias y también cuando debieron “abroquelarse” para sobrellevar las “malas nuevas” que hubieron llegado desde Sant Salvador de Toló y desde la Argentina misma.

Una muestra elocuente de ese espíritu de defensa y de convivencia, en el más estricto sentido del significado del verbo reflexivo “abroquelarse”, es la lectura de las Actas de Matrimonio y las de Bautismos de los descendientes de estas Familias Rosell i Mir y sus respectivos cónyuges. Allí, en esos documentos se pone de manifiesto la estrecha interrelación que existía entre estas familias de inmigrantes, de desde el momento mismo en que, en un acta, los padres de los contrayentes o del recién bautizado son, en otras actas y en oportunidades distintas, los testigos o los padrinos de otros contrayentes y bautizados que figuran.

Recuerdos de mi Tía Ñata sobre mi Abuela Encarnación

Mi Tía Ñata, Dominga Emilia Martinez Rosell, hermana de mi Padre, escribió una carta que llegó a mis manos muchos años más tarde, gracias a la gentileza de su hijo Horacio Raúl Lucero Martinez. En esa carta, mi Tía Ñata narró una parte de sus recuerdos de la infancia y de la vida de la familia Martinez Rosell en la casa de Chacras de Coria. Así mi Tía Ñata relató:

“… Según contaba siempre mi madre [3], su mamá [4] - o sea mi abuela materna – murió muy joven en un campo que tenían en la provincia de Santa Fe, cerca de Villa Manuel Ocampo, quedando allá Encarnación, creo que con 12 años de edad, la mayor de cuatro hermanos menores: María, Lorenza, Pedro y Luis.

No puedo suponer cómo a pesar de esa adolescencia tan sufrida, ella pudo tener siempre un carácter tan alegre y comunicativo, además de tener por norma la caridad hacia los demás….”

“… Para que sepan,… …, Don Bernardo Martinez fue un reconocido pionero de lo que después fueron los viñedos, bodegas y destilerías, y tuvo esa inteligente intuición, allá por los primeros años…” del Siglo XX “… de comprar la finca y construir la Bodega [5] en ese lugar tan único… … que es Chacras de Coria. Mi Madre, Encarnación Rosell, que lo acompañó en todo lo que significó tener ese establecimiento, fue la persona más humana, caritativa, que ayudaba a toda la población, entre otras cosas, poniendo inyecciones y proveyendo alimentos a las madres que no podían criar a sus hijos.

En nuestra casa de la Bodega se hospedó Monseñor Orzali, primer obispo de Cuyo, en lo que se llamaban visitas pastorales…”.

En efecto, la Abuela Encarnación fue una persona muy religiosa y allegada al Obispado de Mendoza. Esa vocación religiosa, creo, ha sido heredad de su familia de Sant Salvador de Toló, pues la misma Tía Ñata me comentó en el año 1994, que su “…madre se escribía con un primo suyo de España, que era sacerdote. De él supimos mientras vivió mi madre. Luego llegó a nosotros la noticia que él murió en la guerra civil española…”.

Esa misma vocación religiosa la inculcó en sus cinco hijos, quienes, cada uno a su tiempo, fueron educados en colegios católicos de la ciudad de Mendoza. Esta cuestión hoy en día, la de trasladarse diariamente entre la ciudad y Chacras de Coria es algo usual para muchos mendocinos que lo hacen por autovías pavimentadas y modernos automóviles. Pero para aquellos que, como mis Abuelos, mi Padre y mis Tíos, en los años 1920 a 1930 debieron transitar esos mismos caminos otrora de tierra y piedras, fuera en otoño, invierno y primavera, ese periplo diario significó un sacrificio mayor que seguramente puso a prueba más de una voluntad, más de alguna vocación.

La Abuela también participó, hasta su muerte en 1931, en la magna tarea de lograr que en el pueblo de Chacras de Coria se construyese una iglesia. Fue así como ella tuvo activa participación en la donación del terreno donde luego fueron construidas, primero, la Sacristía y luego la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Chacras de Coria. No sé todavía en qué medida fue la participación de tal donación porque no he encontrado más información.

Sí sé que la Abuela tuvo una participación activa y anónima en la construcción de la Iglesia a partir de 1906. En una primera etapa se concluyó la Sacristía y ésta fue consagrada en el año 1910, En una segunda etapa se concluyó la construcción de la Iglesia, la cual fue consagrada el 01 de Setiembre de 1935.

Sé que ella donó también el que fue durante muchos años el retablo de la Iglesia. Hoy existe un retablo en la Sacristía que, según las personas que ayudan en el cuidado de la Iglesia, ése fue “… el retablo original que siempre estuvo…” allí. Si esta apreciación de estas personas es correcta, me animo a decir que ese retablo es el que la Abuela Encarnación donó.

También sé que la Abuela participó activamente en la organización de las colectas de fondos para materializar la construcción de la Sacristía y de la Iglesia. Su voluntad y decisión por colaborar llegó a un punto tal que la Abuela “arrastró” a sus hijas, mis Tías Rita y Ñata, y a su Nuera, María Catalina Ihistarry (esposa de mi Tío Fernando), para que también ellas ayudaran en la organización y el desarrollo de estos eventos. Reseñas periodísticas del Diario Los Andes de la época dan testimonio de ello, y también, de la multitudinaria participación que la comunidad de Chacras de Coria tuvo en la construcción de "su" Iglesia.

Esas colectas se realizaron de varias formas y en varios lugares, pero las más populares, las que aún hoy perduran en el recuerdo de muchos “viejos parroquianos” de Chacras de Coria, son las retretas realizadas en la plaza del pueblo, en la Plaza General Jerónimo Espejo. 

Las "vueltas de la vida" hicieron que la Abuela no alcanzara a ver la Iglesia terminada, pues el templo fue finalmente consagrado el 01 de Setiembre de 1935, cuatro años después de su muerte.



Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Chacras de Coria, Mendoza, Argentina, consagrada el 01 de Setiembre de 1935. (Foto del Año 2011 del archivo de Eduardo Martinez Wurster)


El Altar Mayor de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Chacras de Coria, adornado en oportunidad del casamiento de Celina Fernández Martinez, bisnieta de la Abuela Encarnación. 
(Foto del Año 2011 del archivo de Eduardo Martinez Wurster)




El primer retablo de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Chacras de Coria, que se utilizó en la Sacristía. Si esta referencia es correcta, éste es el retablo que fue donado por la Abuela Encarnación. 
(Foto del Año 2011 del archivo de Eduardo Martinez Wurster)




Confesionario y reclinatorio de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Chacras de Coria, que se utilizó en la Sacristía. Si esta referencia es correcta, estos muebles existían en la Sacristía en vida de la Abuela Encarnación. 
(Foto del Año 2011 del archivo de Eduardo Martinez Wurster)



Crucifijo y Sagrario que se encontraban en la Sacristía de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Chacras de Coria. Si esta referencia es correcta, este crucifijo y sagrario existían allí, en vida de la Abuela Encarnación. 
(Foto del Año 2011 del archivo de Eduardo Martinez Wurster)



Armonio Mannborg del año 1900 que se encontraban en la Sacristía de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Chacras de Coria. Si esta referencia es correcta, este armonio existía allí, en vida de la Abuela Encarnación. 
(Foto del Año 2011 del archivo de Eduardo Martinez Wurster)

Referencias de Luis Alberto Coria sobre mi Abuela Encarnación

La publicación “Las Chacras de Coria” de Luis Alberto Coria [6] hace referencias a las acciones de beneficencia que caracterizó a la Abuela Encarnación, sea directamente por ella misma, o indirectamente a través de la labor comunitaria del Abuelo Bernardo.

En efecto, esa publicación señala en su apartado 11:

“… 11. Surge en centro cívico. La subdivisión de los terrenos, la apertura de algunas calles y la concentración de vecinos en el centro de la localidad hizo que el mismo se fuera transformando en una pequeña villa con proyecciones mayores hacia el futuro y la que se perfila como un lugar de veraneo en lugar de ser exclusivamente un paraje agrícola.

Con este motivo y por iniciativa y gestiones del entonces director de la Escuela n° 4 de Varones,… … se obtiene la donación de un terreno para la ubicación de la plaza y de las calles adyacentes y otro para la futura iglesia y edificio policial….

La plaza fue inaugurada el 25 de Mayo de 1903 bajo el nombre de “general Jerónimo Espejo”. En 1906 se inició la construcción de la iglesia bajo el patrocinio de una comisión de damas integrada por Teresa O’Connor de Fernández, María Mazzolari y las señoritas Luz Balmaceda y Zida Sotelo y otra…” (comisión) “… de caballeros constituida por Alberto Aguinaga, José Mazzolari, Lisandro Alvarez y Ricardo Deromelis.

Se terminó primero la sacristía en 1910 y su construcción se realizó por una comisión presidida por la señora M. Angélica San Martín de Correa…”

La publicación de Luis Alberto Coria expresa en su apartado 12:

“… 12. Otros hechos progresistas. En 1909 Julia Fernandez fundó la biblioteca popular Mariano Moreno, anexa a la escuela Teresa O’Connors. Una comisión municipal del distrito que funcionó entre 1910 y 1915  presidida entre otros por Bernardo Martinez y Feliciano Torres obtuvo la instalación de corriente eléctrica en la ciudad…”.

“… En 1920 se inauguró una sala de primeros auxilios sostenida por los vecinos. La primera comisión se integró por Bernardo Martinez, Víctor Longote, Rosario Sausano, Francisco Bilbao, José F. Cabreras, Carlos Elías y Manuel Cuitiño…”.

La publicación “Las Chacras de Coria” de Luis Alberto Coria señala en su apartado 13:

“… 13. Pobladores conspicuos del corriente siglo. Entre las personas que vivieron en la localidad a principios de la centuria se recuerdan, además de los ya mencionados, a… … los benefactores Miguel Aguinaga y Encarnación Rosell de Martinez, el Teniente General Edelmiro J. Farrell, ex – presidente de la República quien en Chacras de Coria poseía una importante propiedad rural…”.

El relato de Luis Alberto Coria confirma cuanto escuetamente escribió mi Tía Ñata sobre las cualidades humanas que fueron propias de mi Abuela Encarnación.

Es más, conociendo ahora el relato de mi Tía Ñata sobre la personalidad de la Abuela percibo que ha de haber estado “la mano solidaria” y el apoyo incondicional de la Abuela Encarnación, ya sea en forma anónima y dentro de esas comisiones que obtuvieron la donación de terrenos y construyeron la sacristía hacia 1910 a las que hace referencia Luis Alberto Coria, ya sea “detrás” del Abuelo Bernardo en sus funciones en la comisión municipal (que fundó la biblioteca y la mantuvo en funciones, como en las gestiones para llevar la energía eléctrica a Chacras de Coria y para construir, poner en funcionamiento y mantener la sala de primeros auxilios),.

Referencias de la revista La Quincena Social sobre mi Abuela Encarnación

Cuando la Abuela falleció en Junio de 1931, la revista “La Quincena Social” en su edición n° 293 del 15 a 30 de Julio de 1931, publicó su reseña necrológica referida a Doña Encarnación Rosell de Martinez.



Portada de la edición n° 293 de la revista “La Quincena Social” del 15 a 30 de Julio de 1931
(Fuente de información: Colección de revistas “La Quincena Social” de la  Biblioteca Pública General San Martín de la ciudad de Mendoza) 
(Foto del archivo de Eduardo Martinez Wurster)




Reseña necrológica publicada en la edición n° 293 de la revista “La Quincena Social” del 15 a 30 de Julio de 1931, sobre la Abuela Encarnación Rosell Boher
(Fuente de información: Colección de revistas “La Quincena Social” de la  Biblioteca Pública General San Martín de la ciudad de Mendoza) 
(Foto del archivo de Eduardo Martinez Wurster)

Esta nota de la revista La Quincena Social destacó lo siguiente sobre la personalidad de la Abuela Encarnación:

“… Desaparece con esta dama un alto ejemplo de cultura moral y de abnegación cariñosa, ya que sus esfuerzos generosos se aliaron desde la hora inicial de su evolución, a un industrial no menos esforzado y tesonero como lo es don Bernardo Martinez, fundador de un hogar virtuoso y distinguido donde han florecido ramas auspiciosas para nuestra sociedad, donde el apellido  goza de merecidas consideraciones y afectos.

Doña Encarnación Rosell de Martínez tenía las características simpáticas de la noble señora del hogar que se enorgullecía al ver reflejado su semblante de madre y de esposa en las pupilas de los suyos en una alta y perpetua emoción, que elevaba el concepto de cuantos la conocieron y pudieron apreciar la belleza de sus virtudes morales.

Sencilla, humanitaria y laboriosa, era la recordada extinta uno de los exponentes superiores que saben hacer patria y saben levantar el concepto de la sociedad consagrándose con amor y altruismo a enaltecer su hogar y trazarle rumbos certeros en la vida; a irradiar sus puros sentimientos en torno de cuantos le rodeaban o golpeaban sus puertas en demanda de protección, para convertirse luego y a todas horas, en la colaboradora inteligente y asidua de su esposo, identificándose en sus inquietudes y esperanzas, que se transfundían invariablemente a sus hijos.

El sepelio de sus restos exteriorizó con elocuencia el dolor producido por esta lamentable desaparición, testimoniando a la familia de Don Bernardo Martinez los nutridos afectos que la extinta había sabido conquistar en su trayectoria por la vida…”.

El legado de mi Abuela Encarnación

Nuevamente debo decir que a mi Abuela Encarnación no la conocí, y de ella sólo tengo como referencias aquellos recuerdos que me fueron transmitidos y todo cuanto los documentos que he encontrado expresan por sí mismos.

Ese conjunto de referencias contadas y escritas sobre la Abuela Encarnación, plenas de valores morales y éticos, no son novedosas para mí, sino por el contrario, yo las conocí en el seno de mi hogar familiar cuando empecé a tener uso de mi razón, y de allí las aprendí.

Tengo asumido que esos valores morales y éticos que yo asimilé en mi hogar son los mismos que los Abuelos Encarnación y Bernardo pusieron como una impronta en su hogar, y ellos son, precisamente, el verdadero legado que nosotros, sus nietos, hemos heredado de nuestros Abuelos.






[1] Fidel Rosell Solá fue hijo de Don Fidel Rosell i Mir (hermano del padre de Encarnación: Pedro Rosell i Mir) y de Doña Adelaida Solá. La familia Rosell Solá también migró a Argentina y en el año 1895 ya se encontraba radicada en la Segunda Sección de la ciudad de Rosario, en el mismo vecindario donde vivían sus hermanos, mi Bisabuelo Pedro, Luis y Lorenza Rosell i Mir.

[2] El Dr. Fidel José Rosell Andurell fue hijo de Fidel Rosell Solá y de María Andurell Coiset, nieto de Don Fidel Rosell i Mir y Doña Adelida Solá, y bisnieto de mis Tatarabuelos Don Pedro Rosell i Ribó  (natural de Sant Salvador de Toló, Lérida, España) y Doña Rosa Mir i Monill (natural de Figuerola d’Orcau, Lérida, España).

[3] Se refiere a mi Abuela Encarnación Rosell Boher

[4] Se refiere a mi Bisabuela Rita Boher i de Carabassa

[5] Se refiere a la bodega ubicada en la calle Pueyrredón 1210 de Chacras de Coria, Mendoza, donde hoy funciona el establecimiento vitícola “Cavas Rosell Boher”.

[6] La publicación “Las Chacras de Coria” de Luis Alberto Coria fue realizada por el Diario Uno de Mendoza.

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