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Nuestro viaje a Piedralba, al terruño de los Martinez Martinez, en la Comarca Maragata
La Comarca
de la Maragatería situada en los alrededores de Astorga
(Foto del archivo de
Eduardo Martinez Wurster)
La expectativa por conocer
donde habían nacido los Bisabuelos Fernando Luis Martinez Perez y Dominga
Martinez Martinez y el Abuelo Bernardo Martinez Martinez se fue acrecentando a
medida que fuimos recorriendo la que llamé la “ruta hacia los pueblos de los
Abuelos”. Fuimos conociendo gente fantástica, diversos paisajes y singulares pueblos
antiguos de España. Todo ello sumó para que nuestra llegada a Piedralba estuviese
apropiadamente “ambientada”, plena de los recuerdos recogidos a lo largo del
camino recorrido.
En otro momento he de contar
con más detalles nuestro viaje por España de Mayo de 2011 porque allí cada
lugar, cada pueblito y su gastronomía no “tienen desperdicio”.
En esta oportunidad quiero
referirme a nuestra llegada a Piedralba, el pueblo natal del Abuelo. Quiero de
algún modo poder describir las expectativas que se fueron creando, al menos en
mí, a medida que nos fuimos aproximando a Piedralba, en la provincia de León,
luego de haber conocido Sant Salvador de Toló, en Lérida, donde experimenté
“sensaciones encontradas” en el pueblo natal de la Abuela Encarnación Rosell
Boher, y luego de haber recorrido un largo camino conociendo pueblitos y
ciudades antiguas con mucha historia.
Nuestra ruta “hacia los
pueblos de los Abuelos”, con todas las expectativas centradas en lo que en
ellos encontraría, arrancó en Cadaqués sobre la costa mediterránea catalana
luego de pasar unos días en Barcelona. Esto de pasar unos días en la capital
catalana fue una condición que mi hermana Ana María me había puesto de antemano
a medida que fuimos planificando el viaje, “a cambio” de acompañarme por el
resto del trayecto. Debo ser sincero, este condicionamiento no me obligó a
nada, por el contrario, conocer Barcelona, recorrer su casco antiguo y conocer
la arquitectura de Gaudí en sus magníficos edificios fueron experiencias
imperdibles. También lo fue el asistir a la misa celebrada por un único cura
párroco en tres idiomas, el catalán, español y francés, en la Iglesia de la
Madre de Dios de Belén del Siglo XVII en la esquina de La Rambla y Calle del
Carmén, en Barcelona.
Cada vez que recuerdo este
viaje me digo a mí mismo “… quiera el
Señor que tengamos otras tantas oportunidades para “condicionarnos” los
recorridos de nuestros viajes, tal como fue en esa ocasión…”.
Dejamos Cadaqués en la mañana
temprano después de haber disfrutado de
sus paisajes de día y de noche, y de su gastronomía. A poco de andar por la
provincia de Girona, aparecieron nombres de lugares que empezaban a ser
familiares debido a las investigaciones que había hecho sobre nuestra genealogía.
Pronto nos vimos “inmersos” en la bellezas de los Pirineos Catalanes de la
provincia de Girona, en primavera. Nuestro destino era la antigua ciudad La Seu
dÚrgell en Lérida, ubicada en el portal de entrada a Andorra. Luego pasaríamos
por Alt’Urgell para llegar a Pallars Jussá y finalmente a Sant Salvador de
Toló. Luego de recorrer y conocer el pueblo natal de la Abuela Encarnación, seguimos
camino hacia Huesca por los Pirineos Aragoneses. Al día siguiente retomamos
nuestro camino hacia Jaca , cerca de la frontera con Francia por el paso de
Somport (del latín “Summus Portis”, el paso más alto) donde nos encontramos con
la primera “parada obligada” de los peregrinos que recorrían el Camino Aragonés
de Santiago hacia Santiago de Compostela. A muchos de ellos, peregrinando de a
pie y en bicicleta, los cruzamos en
nuestra ruta desde Jaca hacia Pamplona, en Navarra. Finalmente “recalamos” en la
coqueta Hondarribia en el País Vasco para luego partir hacia la Cantabria y
León.
Muchos pueblitos medievales fuimos
conociendo y sus imágenes fueron quedando en nuestra memoria. A muchos los
ubico en mis recuerdos en “tiempo y espacio”, entre tanto otros, sobretodo
aquellos ubicados en las cimas de promontorios o por allá lejos sobre el faldeo
de alguna sierra, los retengo en mis recuerdos sin acordarme de sus nombres. A
casi todos los encuentro “delineados” como un conjunto de casas aglomeradas de
tonalidades amarillas, ocres y marrones, con techos de tejas, dentro del cual
se distinguen, por su arquitectura, las bellas y sencillas parroquias de estilo
románico propias de Cataluña, Aragón, el País Vasco y la Cantabria.
Entramos a la provincia de
León por el norte de España, por la ruta A-66, cruzando la cordillera de los
Picos de Europa. Veníamos procedentes de la Cantabria donde habían pasado un
día y medio en el antiguo pueblito medieval de Santillana del Mar.
A esta altura del viaje
nuestra memoria ya estaba “invadida” de los hermosos recuerdos recogidos a lo
largo del camino andado. Faltaba aún incorporar las imágenes y las emociones que
recibiríamos en el terruño de los Martinez Martinez, en la Comarca de la
Maragatería.
Nuestra
llegada a Astorga, nuestra llegada a la Comarca de la Maragatería
El
Ayuntamiento y la Plaza Mayor de Astorga, con su campanario y los Maragatos
(Foto del archivo de
Eduardo Martinez Wurster)
Los muñecos Maragatos
del campanario del Ayuntamiento de Astorga tañen la campana en sincronismo con
la hora. (Foto
del archivo de Eduardo Martinez Wurster)
Habíamos reservado nuestro
hotel en Astorga porque Piedralba se encuentra a sólo 6 km y porque en Astorga
se encuentran los Archivos Diocesanos Históricos de los pueblitos de la Comarca
Maragata.
A medida que fuimos cruzando
la cordillera cantábrica y los carteles viales nos iban indicando nuestra
aproximación a Astorga, las “ganas por conocer” el terruño de los Abuelos
Martinez Martinez iba incrementándose. Nuestro acompañante de viaje, nuestro
GPS, nos iba dando a cada momento, con más precisión que la señalización vial,
dos variables que aumentaban la ansiedad: por un lado la distancia faltante por
recorrer, por otro el tiempo estimado de viaje hasta Astorga.
La ruta A-66 nos hizo dejar
atrás las últimas estribaciones de la cordillera cantábrica al tiempo que
aparecía delante de nosotros la llanura leonesa en toda su plenitud. Era
aquella llanura sobre la cual tanto había leído mientras planificaba este
viaje, aquella misma plena de trigales ondulantes a la que se refieren las
guías del caminante de Santiago de Compostela, aquella que tanto temen los
peregrinos de Santiago por su hastío y monotonía, también, por las elevadas
temperaturas en primavera y verano.
Pronto la ruta A-66 nos llevó
a la intersección con la ruta N-120, que es la que vincula León con Astorga,
también, es el tramo del Camino de Santiago de Compostela. No bien giramos a la
derecha por la ruta N-120 empezamos a sobrepasar a los peregrinos que recorrían
el Camino a pie y en bicicleta al tiempo que las indicaciones viales nos
indicaban nuestra aproximación a las localidades de Valverde de la Virgen,
Hospital de Órbigo, Santibáñez de Valdeiglesias, San Justo de la Vega y
finalmente Astorga.
Nuestro hotel reservado
estaba ubicado en el casco histórico en Astorga, en la calle Plaza de Eduardo
Castro frente a la Catedral Santa María de Astorga y al Palacio Episcopal
diseñando por Gaudí. La ubicación del hotel no pudo ser mejor para cumplir nuestro
objetivo.
La Catedral
Santa María de Astorga, cuya construcción se inició en el año 1471, se edificó en
el predio donde existía un templo prerrománico y otro de estilo románico, éste
último consagrado en el año 1069 durante período de reorganización del Reino de
León
(Foto del archivo de
Eduardo Martinez Wurster)
El Museo de
los Caminos, anteriormente el Palacio Episcopal de Astorga. Este edificio fue
proyectado por Antoni Gaudí y su construcción
se llevó a cabo entre 1889 y 1915
(Foto del archivo de
Eduardo Martinez Wurster)
Un peregrino
descansando Plaza de Eduardo Castro
(Foto del archivo de
Eduardo Martinez Wurster)
Peregrinos
en bicicleta llegando por la calle de la Plaza de Eduardo Castro a
la Catedral
Santa María de Astorga
(Foto del archivo de Eduardo Martinez Wurster)
Señalización del Camino de
Santiago por la Calle de Leopoldo Panero
frente a la Plaza de la Catedral y junto al antiguo
Hospital San Juan Bautista de Astorga
(Foto del archivo de
Eduardo Martinez Wurster)
Otra señalización del Camino de
Santiago por la Calle de Leopoldo Panero, esta vez indicando l
a dirección hacia la Rua
de la Judería. (Foto del archivo de Eduardo Martinez Wurster)
Peregrinos
dejando la Catedral Santa María y siguiendo el Camino de Santiago por la Calle
de Portería. El famoso Albergue de Peregrinos San Javier, ubicado en Calle Portería,
6, se encuentra a media cuadra de este punto. (Foto del archivo de Eduardo Martinez
Wurster)
No bien dejamos nuestras
valijas en el hotel partimos para Piedralba. Al menos yo iba cargado con mi
cámara fotográfica y con una “mochila llena de ansiedades” por conocer el
pueblo de los Bisabuelos y del Abuelo Bernardo. También, en “algún bolsillo de
esa mochila” llevaba alguna esperanza de encontrar algún vestigio o alguna
referencia de familiares que se hubieran quedados en esas llanuras al momento
de la partida del Abuelo, por allá por los años 1880 a 1890. Digo que esa tarde
“llevaba alguna esperanza” porque tenía aún "fresca" en mi memoria la reciente experiencia
vivida en el pueblo de Sant Salvador de Toló donde no encontré evidencias
ciertas de gente que pudieran referirme a familiares que se quedaron en esas
tierras, también, al momento de la partida de los Abuelos Rosell Boher.
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