jueves, 19 de julio de 2012

001 - El Principio de esta historia de "Historias de mi Familia"

Creo que escribir las ideas siempre tiene una razón de ser, una explicación.

Entiendo que es importante escribirlas, pero más aún, poderlas compartir con quienes puedan apreciarlas. Uno debe alcanzar ese objetivo, porque en caso contrario, esas ideas se perderían en el olvido.

Creo que este concepto, aplicable a todo tipo de ideas, sintetiza el motivo que me llevó a escribir las historias de mi familia. Creo que es el principio de una larga historia que, en la medida que puedan generarse otras “vertientes” de información, sobretodo, otras interesadas en continuar, no tiene punto final.

En el año 1994, debido a una situación personal vivida, vinieron a mi mente recuerdos de la infancia que me trasladaron a mi niñez. Ellos llegaron como una avalancha de imágenes del pasado expuestas en mi memoria. Como si alguien las hubiesen empalmado en una película.

Aquel evento del año 1994 llevó a que varios miembros de mi familia se reencontrasen después de muchos años y, como ocurre en las reuniones de este tipo, los recuerdos y las anécdotas estuvieron a la orden del día y fueron en repetidas oportunidades el eje de las conversaciones. Fueron, después de superadas las primeras preguntas de rigor de todo encuentro, el elemento en común de qué hablar entre tantos familiares de varias generaciones. Aquel fue, dentro de todo, un ambiente propicio para que surgieran esos recuerdos bien guardados por cada uno de nosotros. 

Ciertamente aquel “medioambiente familiar”, pleno de anécdotas del pasado, trajo a mi memoria recuerdos de innumerables vivencias y lugares, también de muchas personas que conocí en vida o a través de fotos. Hubo recuerdos que emergieron primero y otros que decantaron después con el correr de los días y de los meses. Otros vinieron con los años a medida que la investigación avanzó. Pero en un primer plano siempre estuvieron todos aquellos recuerdos de los momentos vividos en familia y en el recurrente ambiente de la casa de los Abuelos y de la Bodega en Chacras de Coria.

Ciertamente el revivir esos recuerdos fue el comienzo de una larga investigación y de una lenta recopilación de datos e informaciones que no se termina. Digo esto porque cada vez que se encuentra algún “cabo suelto por atar”, aparecen otros datos nuevos por buscar. Muchas veces estuve a punto de abandonar esta investigación por falta de caminos por dónde seguir, pero insistiendo, cada vez que encontré una pista segura o un dato de esos que “atan los cabos sueltos”, las satisfacciones fueron enormes. Estas son en definitiva “las zanahorias que alguien nos pone (o que uno se pone) delante del carro” para seguir investigando.

Gracias a esas investigaciones pude establecer relaciones familiares y pude conocer personas de quienes yo no tenía la más remota idea que existieran. Tuve la oportunidad de visitar los pueblos natales de los Abuelos Don Bernardo Martinez Martinez y de Doña Encarnación Rosell Boher, y en cada uno de ellos pude captar imágenes de los lugares antiguos por donde ellos pudieron haber “pasado y pisado”. Ni hablar de las sensaciones que sentí cuando pensé estar pisando las mismas piedras que ellos pudieron haber pisado. Tampoco quiero explayarme ni hablar, todavía, de cuando me encontré frente a los atrios y las puertas de las respectivas iglesias parroquiales donde los Abuelos fueron bautizados, acompañados por los Bisabuelos y los testigos. Allí pensé, “… ellos estuvieron aquí hace casi 150 años… y ahora estoy yo…”. También pude tener en mis manos y pude leer los libros parroquiales originales donde quedaron asentados los matrimonios, los nacimientos y las defunciones de los ancestros de las respectivas familias de los Abuelos.

Cada hallazgo de esta investigación tuvo, a su tiempo y en su forma, una satisfacción particular, muchas veces teñida de sentimientos encontrados. Digo esto porque tuve por un lado la satisfacción de haber encontrado “algo valioso”, por otro, la certeza de que lo encontrado devendría en nuevas líneas de investigación posiblemente con resultados no seguros, siempre dirigidas hacia el pasado, siempre hacia “donde cada vez hay menos datos”.

Durante el curso de mis investigaciones encontré los siguientes conceptos que me hicieron comprender por qué uno se embarca en este tipo de proyecto de investigación:

“… Raro es el hombre que en algún momento de la vida no se interesa por sus orígenes: quiénes eran sus bisabuelos, a qué se dedicaban, de dónde eran...”.

“… Cuando este interés se lleva más allá de unas pocas generaciones empieza a crecer un frondoso árbol que, a menudo, nos saca de nuestra comarca para extenderse por las vecinas, otras provincias, y aún países y continentes distintos...”.

Estos párrafos fueron escritos por Don Fernando González del Campo Román en su libro “Apellidos y Migraciones internas en la España cristiana de la Reconquista”. En ellos identifico mi interés por investigar, escribir y rescatar del paso del tiempo la historia de mi familia.

Es una lástima., para mí, que el momento en el que me interesé por conocer los orígenes de los Bisabuelos y de los Abuelos fue algo tarde, todo empezó cuando muchos de mis tíos y mis padres quienes habían vivido sus historias, ya se “habían ido”. Creo que con ellos en vida todo hubiera sido más fácil, más preciso a la vez.

Pero creo que, independiente de cual sea el momento en que a cada uno de nosotros le surja esta iniciativa por investigar los orígenes, la tarea hay que hacerla porque es una forma de honrar la memoria de “nuestros viejitos”, es una manera rescatarlos del olvido.




4 comentarios:

  1. Edi: persistente, tenaz, admirable... "pocas son las personas capaces de recorrer este camino"... de buscar y rebuscar; de caer y recaer, y siempre dando un paso más.
    Te seguimos con mucho cariño...
    Un beso

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  2. Gracias Cristina y Rolo por vuestro comentarios, por vuestras alentadoras palabras.

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  3. Magnifico trabajo, magnifica historia y magnifica persona la que quiere brindar ese recuerdo a sus antecesores..., desde Astorga, centro neuralgico de la tierra que dejaron atras tus abuelos un dia, recibe el agradecimiento por contarnoslo. Con tu permiso me he tomado la libertad de compartirlo con los seguidores de este perfil https://www.facebook.com/photo.php?fbid=665886903431428&set=a.104051136281677.8016.100000303741380&type=1&theater&notif_t=like espero que te guste.

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    1. Hola "Difundir Astorga Preciosa":

      Con mucha alegría y no menos sorpresa, he encontrado primero en mi correo electrónico, luego en mi Facebook, tu bonito comentario y tu magnífica propuesta para "Difundir Astorga Preciosa".

      Como habrás leído en la "Historias de mi Familia" redactadas, y lo digo así, porque aún tengo "muchas otras en el tintero" por escribir, he encontrado en la tierra maragata mis orígenes, y allí, en Piedralba, hay "enterrado" en ese antiguo cementerio parroquial más ADN mío que en otra parte del mundo. Presiento, que en los otros pueblos de la Maragatería, también deben haber vestigios de mis ancestros y de los descendientes de los hermanos, primos y tíos de mis Bisabuelos que se quedaron en aquella tierra leonesa por allá, por al año 1890.

      Tan "prentado" he quedado de esas vivencias y recuerdos atesorados en mi primer viaje a Astorga y la Maragatería en 2011, que he prometido volver para continuar encontrando ancestros. Así fue cómo descubrí en ese viaje los orígenes de las ciertas costumbres culinarias y la gastronomía que conocí en mi casa. He quedado tan identificado con esa tierra astorgana que debo volver.

      Mucho agradezco tus comentarios sobre mis "Historias de mi Familia", las cuales habrás interpretado, están escritas sin más razón que aquella que "sale de adentro". También mucho aprecio que las hayas hecho conocer a través de tu portal de Facebook.

      A medida que vaya sacando de "mi tintero" aquellas historias pendientes de mis ancestros "llioneses" en Argentina, y cómo ellos fueron dejando herederos, te las haré llegar por este medio.

      Recibas mis aprecios. Atentamente, Eduardo.

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